Por: ClaudiaRita

El tiempo pasa y los chistes de ayer dejan de ser graciosos, lo que considerábamos una frase «normal» ya nos hace sentir mal y lo ideal es ir madurando al respecto y ser incluyentes, aunque sabemos que también existen sus exageraciones.
Siento que como sociedad nos hemos quedado muy atrás con el uso en los medios de comunicación de terminologías desfasadas y discriminatorias tanto por figuras políticas, comediantes, comunicadores y personas de renombre en el ambiente público.
El racismo, la misoginia, la xenofobía salen a flote, incluso en personas que ni siquiera ponen en práctica estos sentimientos en su vida cotidiana, simplemente porque lo hemos considerado parte de nuestra cultura y forma de hablar, aunque no es justificable mucho menos en figuras públicas de cualquier índole.
Los estadounidenses promueven hablar «políticamente correcto» de ahí es que salen términos como «afroamericanos» donde se refiere al origen en vez de las razas, pasa lo mismo en personas con «alguna discapacidad«, ya que decir discapacitado los excluye completamente, entre otros.
Nos parece una barbaridad la constante burla con el tema de la mujer y el cliché de vincular sus funciones al quehacer doméstico cada vez que se destaca en un ambiente de alta competencia como la política, los negocios o la ciencia, como también, se hacen chistes de vínculos con actos de prostitución a mujeres del mundo artístico.
Ya no es correcto hablar de la evolución refiriéndose al «hombre», si no a la «humanidad» porque las mujeres también existimos y el lenguaje excluyente no colabora con la igualdad y la formación de los más jóvenes con menos complejos machistas.
En República Dominicana, el dictador Trujillo dejó implementado el color de piel «indio» para las personas con mezcla de razas que no son oscuras ni blancas, nuestras cédulas aún mantienen el color «i» aunque ya la mía, entre otras, dicen «mestiza», sin embargo, este indicativo de color nos hace meter en problemas cuando vamos a otros países de Latinoamérica y describimos como «indio» a una persona originaria del continente americano antes del «descubrimiento». Son trampas de nuestro lenguaje coloquial que debemos de superar.
Los comediantes dominicanos deben de revisarse, para nosotros, sale a flote la falta de creatividad cuando se caen en chistes que hoy día resultan denigrantes y sin gracia, aunque tenemos nuestras excepciones.
Orlando, explica también como lo «políticamente correcto» a veces suele ser exagerado o vinculado a susceptibilidades.
Aquí el Audio: